Las revisiones y visitas al dentista son la mejor receta a la hora de prevenir males mayores.
Esto junto con el cuidado diario de nuestros dientes, lengua y boca nos ayudarán frente a posibles infecciones y otra serie de complicaciones.
Los hábitos de higiene que hemos debido de ir adquiriendo a lo largo de los años son una garantía en cuanto a lo que a prevención se requiere. Aunque no siempre nos libra de algún que otro imprevisto, pero con unas revisiones periódicas y la supervisión de un experto todo mejora.