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Sensibilidad al extremo: cuando los dientes duelen al comer y beber

Hay ciertos alimentos que pueden favorecer la aparición de este problema o empeorar sus síntomas
Que te inviten un helado o te tientes con un jugo fresco, puede causarte un momento terrible si olvidás lo sensibles que pueden ser tus dientes. Es un dolor fuerte, que se va rápido pero te hacer "ver las estrellas".
 
Cuando hay caries puede doler al frío y con las cosas dulces. Cuando hay desgaste en los cuellos por bruxismo, bulimia o trauma también duele al frío. Cuando hay retracción de las encías, se exponen los cuellos y también duele con lo frío. Sin embargo si la integridad del diente permanece intacta no debería doler con ningún alimento. El dolor es una respuesta del diente, un mecanismo de defensa contra estímulos externos como el frío o el calor.
 
Pero no solo el mal cepillado y el desgaste afecta a nuestros dientes. La alimentación también juega un papel fundamental ya que muchos son saludables para el organismo, pero no lo son para el esmalte y la dentina. Existe la erosión dentaria por ácidos causada por el alto consumo de naranjas, limones, pomelo o vinagre, por ejemplo. La composición química favorece la desmineralización de los tejidos dentales. Al dañarse la protección que ofrece el esmalte, los dientes van perdiendo grosor, la estructura dental queda expuesta a agresiones y se puede desarrollar hipersensibilidad dentaria al frío, al calor, a los dulces, a los ácidos y al contacto.
 
Algunas recomendaciones para los dientes sensibles:
 
- Dejá pasar 10 minutos, aproximadamente, antes de cepillarte los dientes si se consumiste alimentos ácidos.
 
- No te cepilles de forma agresiva.
 
- Utilizá una pasta de dientes específica con agentes desensibilizantes como el nitrato potásico para proteger los dientes de estímulos externos .
 
Visitar regularmente al dentista favorece la prevención, la detección precoz y el diagnóstico de las posibles causas.