El cepillado dental es el primer portal hacia un correcto cuidado de los tejidos duros y blandos de nuestra boca. Es muy fácil de realizar y su eficacia para proteger la salud de los dientes es incomparable.
Minuciosidad
Las enfermedades que puedan desencadenarse a partir de los trastornos provocados por las caries dentales o las patologías específicas de la encía, se pueden prevenir teniendo una buena técnica de cepillado, y más que una técnica específica, es generar en el paciente conciencia de que lo relevante es la minuciosidad al realizar este aseo de la boca.
Movimientos del cepillo
Hay diversos tipos de técnicas de cepillado, pero hoy en día, éstas técnicas se mezclan entre ellas para generar un completo masaje sobre la superficie dentaria. Primero, con el cepillo apoyado en 45 grados, se genera un movimiento de vibración y luego se procede a un masajeo para arrastrar la placa bacteriana que se deposita sobre la superficie de los dientes.
Duración
El cepillado debe efectuarse al menos 2 veces al día, haciendo este masaje suave sobre la superficie dentaria, por al menos 3 minutos, de tal manera de ir pasando por cada pieza dentaria, incluida la lengua y también el paladar, agregando que incluir otros coadyuvantes como el hilo dental, al menos una vez al día, en aquellas zonas interproximales, donde el cepillado se hace un poco más difícil, es una muy buena herramienta como complemento.
Pastas específicas
Es importante un cepillado dental eficaz que promueva la eliminación mecánica de los residuos de los dientes y si a eso podemos incorporar una pasta específica, que sea por ejemplo 4 veces más efectiva en la remoción de la placa bacteriana.
Cepillado suave
Siempre la tendencia es indicar no imprimir fuerza al cepillo y descartar absolutamente los movimientos enérgicos, porque la estructura dentaria, si bien es mineralizada, también se va erosionando.