Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se conmemora el próximo 3 de diciembre, el Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Asturias (CODES) quiere recordar que la salud oral también es un derecho, y que todavía existen retos a superar que impiden a muchas personas con discapacidad acceder a una atención bucodental en igualdad de condiciones.
En España, se estima que viven alrededor de 4,3 millones de personas con discapacidad, sobre el 9% de la población. Estudios recientes impulsados por la Fundación Dental Española (FDE) y la Sociedad Española de Odontoestomatología para pacientes con necesidades especiales (Seoene) ponen de manifiesto que el 57% de las personas con discapacidad consideran el cuidado de su boca un reto diario y que casi un tercio no está satisfecho con su salud bucodental. “Detrás de estas cifras hay realidades muy concretas: dificultades para el cepillado, tratamientos más complejos o falta de apoyos suficientes en el entorno”, señala el Dr. Jesús Frieyro, presidente del CODES.
La evidencia científica indica que muchos grupos de personas con discapacidad presentan mayor riesgo de caries, enfermedad periodontal, dolor dental y patología oral no tratada, debido a factores como la dependencia de terceros para la higiene, determinadas medicaciones y dificultades motoras o cognitivas. “No se trata solo de tener más caries o más problemas de encías: se trata de dolor crónico, problemas para comer, hablar o relacionarse, y de una merma directa en la calidad de vida”, subrayan desde la organización colegial.
En los últimos años, el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española han desarrollado campañas específicas, como ‘Salud Oral y Discapacidad. Rompiendo Barreras’, que ponen el foco en la necesidad de adaptar la atención odontológica, en la formación de los profesionales y en la sensibilización de la sociedad sobre esta realidad.
En este contexto, el Dr. Jesús Frieyro reivindica el papel clave de la Odontología en la inclusión sanitaria: “La salud bucodental de las personas con discapacidad no puede depender solo de la buena voluntad de la sociedad; debe estar garantizada como un derecho”, señala. E indica que “nuestro compromiso como colegio profesional es claro: seguir impulsando una atención odontológica accesible, segura y adaptada a las necesidades de cada persona, con o sin discapacidad”. El presidente del CODES insiste en que la respuesta pasa por una suma de esfuerzos: clínicas preparadas, profesionales formados en atención a pacientes con necesidades especiales, coordinación con otros ámbitos sanitarios y sociales, y apoyo decidido por parte de las administraciones para reducir la brecha en salud oral. “Hablamos de ajustar tiempos de cita, adaptar la comunicación, contar con apoyos para la movilidad, ofrecer sedación o técnicas específicas cuando son necesarias y, sobre todo, escuchar a las personas y a sus familias”, añade.
Además, desde el CODES recuerdan que la prevención es fundamental: revisiones periódicas, educación para la salud dirigida tanto a los pacientes como a sus cuidadores, pautas sencillas de higiene adaptadas a cada realidad y un seguimiento continuado. En estudios recientes, problemas como el bruxismo, el dolor dental o la sensibilidad aparecen casi el doble de veces en personas con discapacidad que en la población general, lo que refuerza la necesidad de una intervención temprana.
Por todo esto, los dentistas asturianos hacen un llamamiento a las instituciones sanitarias y sociales para que la salud oral de las personas con discapacidad ocupe el lugar que merece en las políticas públicas: integrando plenamente la atención odontológica en los programas de salud, facilitando el acceso a tratamientos y reforzando la coordinación entre niveles asistenciales.
En este Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el CODES recuerda a la ciudadanía que acudir a dentistas colegiados es una garantía de calidad, seguridad y ética profesional, especialmente en los casos que requieren una atención más especializada. Y reitera su compromiso de seguir trabajando, junto con el resto de instituciones, para que nadie quede atrás en materia de salud bucodental, independientemente de sus capacidades o su situación personal.